La trama del documental ¿Quién es Dayani Cristal? de Marc Silver, es la historia del cuerpo de un migrante indocumentado encontrado en el desierto Sonora que tenía, como marca distinta, el tatuaje “Dayani Cristal” en su pecho. En búsqueda de indagar quien es esta persona -quien es este migrante “ilegal”- se presenta la compleja, perversa, y entramado relaciones del campo migratorio Mexico y EUA, enfatizado por lo precario e incierto trayecto que enfrenta los migrantes al cruzar, de forma no autorizada, la linea que separa Mexico de EUA. El documental, relata la historia de Dilcy Yohan Sandres Martínez (alias Carlos José Sandres Venega), un hondureño de 29 años, quien se dedicaba al trabajo agrícola del cultivo de maíz, frijoles. Un esposo con tres hijos que salió un 7 de julio y fue encontrado a 3,200 km de su caso, un 3 de agosto, muerte en el desierto de Sonora. Yohan es uno de miles de migrantes indocumentados que perecen en su intento de llegar a Estados Unidos en búsqueda de una mejor oportunidad de vida, para sí mismo como para su familia.
Como muchos otros, principalmente de la zona centroamericana, Yohan decidió buscar su “suerte” en Estados Unidos. La pobreza sistémica de Centroamérica, la condicionante de la pobreza de la vida rural -sin oportunidades, sin posibilidad de concretar cualquier proyecto de vida digna- lo llevó a caminar hacia “El Norte” ya que, en su tierra natal, “uno apenas sobrevive”. Los pocos recursos, el endeudamiento económico, y la penetración y circulación de una cultura de la migración -estas historias retroalimentadas a los pueblos originales- concretó su iniciativa y motivación de migrar, dejando “todo atrás”. Es una larga caminata, con travesías por ríos, viajes en los transportes públicos, y el recorrido por el temido tren “La Bestia”. La salida de zonas rurales a centros urbanos cruza por su pueblo, su país, su región, todo en búsqueda de trabajo que “promete” una salida de la pobreza de su hogar. Aun faltará cruzar el muro, y la caminata por el desierto de Sonora; su última caminata y su último intento de una mejor vida.
Fueron agentes de la Patrulla Fronteriza quienes encontraron el cuerpo de Yohan. Lo registran, toman fotografías de señalas particulares, objetos y pertenecientes, y lo llevan al centro forense de examinación médica. Se procede con la documentación y registro del difunto (fotografía, huellas digitales) y se encamina los datos a oficinas, tanto del Consultado de Mexico -hay la supuesta que todo indocumentado es potencialmente un mexicano-, como también a otras dependencias del gobierno regional que busca identificar el cuerpo[1]. Border Star es uno de las primeras bases de datos que lo examinadores forenses estadunidenses encaminan los datos de las huellas digitales para buscar alguna compatibilidad. Además, se encamina a otras agencias migratorias estadunidense: ICE, FBI, entre otros. En muchos casos, el resultado positivo simplemente depende de la “suerte”. Con “Dayani Cristal”, hubo suerte. El 3 de septiembre se logró una identificación (derivado de una muestra de sus huellas y fotografías sacado en un centro de detención migratorio de ICE), demostrando una alta probabilidad de ser un hondureño. Se procede a comunicarse con la liaison del Consulado de Honduras.
El trayecto que enfrenta Yohan, y miles de migrantes centroamericanos, de tránsito, que buscan llegar a EUA, es lleno de peligros, de obstáculos; es un rio de riesgos; una cascada de incertidumbre. Migrar, como señala los migrantes, es una decisión muy difícil. Está basada y mediada por la esperanza: el sueño de una mejor vida y una apuesta a una mejor vida. Irse a EUA es buscar “la tierra prometida”. No obstante, son muchas las incertezas, las incertidumbres: de las rutas; de los modos; de las “claves” semánticas. En la apertura del documental, se escucha, en la “Oración del Migrante”: “partir… es un poco morir”, el símbolo de Jesus, recordado como migrante; un migrante “del cielo a la tierra”. El migrante indocumentado enfrente varias violencias: la violencia de la vigilancia institucional de la migración; de las pandillas; la violencia geográfica (el desierto); violencia del tiempo: la espera y la caminata; el camino. La presencia, tácita, de la muerte en el camino acompaña a los migrantes mientras se establece las amistades del camino, del migrante, de su viaje, lazos establecido en hermandad; en fraternidad. Los migrantes forman un equipo: “el equipo contrario”. También caminan con la vulnerabilidad, total, de ser un migrante, ser reconocido como migrante, y ser tratado como migrante de tránsito.
En el momento que se encontraron el cuerpo de “Dayani Cristal”, señaló Charles Harding -investigador médico-legal de la Oficina de Examinación Medica de Tucson, Arizona- ellos estaban “metidos hasta el cuello con las muertes en la frontera”. Agentes de la Patrulla Fronteriza señalaron que, en el año 2000, encontraron a 19 migrantes fallecidos en la zona del desierto de Sonora. Desde 2000, este número se ha incrementado a un promedio anual de un poco menos de 200. Al largo de 11 años, se identificó 2000 fallecidos en el sur de Arizona. Este cambio -que representa un incrementó en diez veces al número de fallecidos encontrados (por la “suerte”)- en sus intentos de cruzar, es derivado de u cambio sustancial en la forma de vigilar la frontera. Durante la administración del presidente Clinton, entre 1994 y 1995, se lanzó un plan estratégico de la frontera, lo cual buscó cerrar los caminos tradicionales de los flujos de migración indocumentada, pero es con el Plan Sur (2001) que se consolida la militarización del campo migratorio. El cierre de las vías tradicionales de paso, de cruce, de inserción al mayor mercado del mundo, solo llevó a la búsqueda de nuevos y alternos caminos; caminos más peligros y riesgos con travesías por zonas despobladas con climas extremos como es las zonas del desierto Sonora. Las nuevas medidas incrementaron, significativamente -hasta cinco veces en dos años- el número de oficiales patrullando la frontera en lugares como San Diego, California; Nogales, Arizona; El Paso, Texas. Una de las supuestas de dicha militarización de la frontera era hacer el cruce tan riesgoso que no se arriscarían sus vidas en el intento del cruce en las zonas remotas de Texas y Arizona. Un total y completo equivoco. Las cifras de la Secretaria de Gobernación señalan que entre 2010 y 2017, se transitaron más de 270 mil migrantes por el territorio mexicano, un aumento de casi el doble de lo registrado durante el periodo de 2005 y 2010[2]. Aunque las estadísticas de aprehensiones y cruces bajaron, lo que incrementaron, en su lugar, fueron las muertes asociadas con la migración indocumentada. Los “héroes migrantes” son “al final del día, considerado ilegales, criminales”. La legalidad es, en las políticas migratorias vigentes de las últimas tres décadas, el carácter más sobresaliente de la consideración del migrante. Todo es secundario ante su “legalidad”. La “ilegalidad” del migrante, como característica definitoria, es lo que permite, en parte, la socialización de leyes como la Ley de Arizona SB 1070 -ley que busca fortalecer la criminalización de la inmigración- y la Ley in Tucson permite la cremación de cuerpo no identificados (invisible en la vida, e invisible en la muerte).
En México, muchos buscan aprovecharse de la condición de migrante buscando estafarlos, engañarlos, robarlos, pero también hay los que buscan aliviar la dificultad de su camino. No obstante, hay mucho apoyo también. Desde las personas que fungen como las casas de cambio callejera -permitiendo el cambio de monedas al local, posibilitando la compra de los necesarios para seguir en el viaje- hasta los albergues e iglesias, que proporcionan estructuras alternativas de subsistir en el camino hacia “el Norte”. El albergue “Hermanos en el Camino”, uno de más de 50 albergues ubicado en el trayecto del tren coloquialmente conocido como “La Bestia” fungen como “estaciones de ferrocarril clandestinas”. Presidido por el activista de migrantes, padre Alejandro Solalinde, él reconoce, explícitamente, la permanencia del flujo migratorio e instrumentaliza una política, informal y alternativa, de la migración; aceptando su camino, su flujo, su estructura y buscando dar un mínimo de condiciones a las personas. Es un movimiento que pretende regresar la dimensión de la humanidad al camino, forma y condición y del migrante; es un contramovimiento (alter-movimiento) de las políticas migratorias de Mexico y EUA.
Es sumamente impactante enterarse que los cuerpos de los migrantes indocumentado encontrados en el desierto son encontrados por accidente; nadie fue buscarlo, sino que se toparon con su cadáver por cuestión de azar. La fortaleza del pueblo migrante, de los mexicanos y centroamericanos, es su valentía en no dejarse morir por su condición, de buscar la vida mejor, de arriesgarle todo para una mejor vida, el último y más grande sacrificio. Dejan todo - sus familias, sus hogares, sus costumbres, sus historias- y buscan algo; algo mejor. Fue difícil escuchar el testimonio del amigo migrante de Yohan, quien detalla cómo se vio obligado a dejar a su compañero, condenado a morir, en el desierto. Ver el cuerpo regresar a su tierra -su comunidad original- en un ataúd, alrededor de sus familiares, sus amistades, el pueblo por completo, es muy doloroso. La muerte, viviente, de la migración, regresa de nuevo, a la pobreza; a la total desesperación.
Al final, ¿quién es Dayani Cristal? Se lo identifica como Dilcy Yohan Sandres Martínez, hondureño de 29 que decidió irse a San Francisco, EUA por cuestiones de bajo recursos y deudas; por mejores oportunidades laborales, el “bendito” trabajo. Había sido detenido por fuerzas migratorias (posibilitando su identificación posterior mediante las huellas y fotografías tomadas). En los reportes de detención, (de ICE), Yohan había señalado que había cruzado “más de 10 veces” (la primera a los 14). Había sido deportado, en 2006, por “un cargo menor de drogas”, cerca de Portland, Oregón. Murió en el desierto de Sonora, a 20 minutos de carro, de la ciudad de Tucson. Dejó su esposa y tres hijos, Elvin, Yohancito, y Dayani Cristal.
Bibliografía
Secretaria de Gobernación “Panorama de la migración en Mexico”, Unidad de Política Migratoria, http://portales.segob.gob.mx/es/PoliticaMigratoria/Panorama_de_la_migracion_en_Mexico
Silver, M. (2012) ¿Quién es Dayani Cristal?, 84 min, México.
[1] La liaison del Consulado mexicano participa en el proceso de investigación de los cuerpos no identificados de migrantes fallecidos en sus intentos de cruzar. La función es una de intentar identificar el cadáver, mediante la consideración de sus pertenecientes, las particularidades corporales (tatuajes) como otros factores. Es un trabajo de detective. [2] Secretaria de Gobernación “Panorama de la migración en Mexico”, Unidad de Política Migratoria, http://portales.segob.gob.mx/es/PoliticaMigratoria/Panorama_de_la_migracion_en_Mexico
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