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Foto del escritorRenato Galhardi

Dia 3 -Trabajo de campo en Tijuana: se migra aprendiendo a caminar

Actualizado: 24 sept 2021

“there is a sense in space before the sense that signifies”

- Serres M., 1991. Rome. The book of foundations. Stanford University Press.


Domingo, 15 de agosto 2021

[Fragmento de diario de campo]

Antes de la 9 de la mañana me encuentro en un paradero cerca de mi hospedaje y, casualmente, cerca de la frontera, del muro, de esta muralla que recuerda, siempre, que no “hay paso” hacia “el otro lado”. En estos días he percibido otras fronteras: económicas, sociales, políticas y culturales. Mientras espero la combi para llevarme al centro, me recuerdo que somos la minoría los que caminan, los que toman el transporte público, los que están en el espacio público. El espacio parece ser de los vehículos, y su rey es la camioneta. La arquitectura de movilidad parece ser en función de acomodar el vehículo, y no al revés. Las calzadas, baquetas y espacios peatonales son pequeñas, limitadas, en muchos casos inexistentes, a diferencia de los extensivos espacios alocados para las “trocas” y los coches. En las tardes, encuentro largas filas de vehículos en los “Drive-Thru” de los establecimientos icónicos de la comida corrida, típicamente de origen estadounidense. “Será que es así por la pandemia?”. La ausencia de caminos por el grueso de esta región a pie me indica que “quizás no” y que “quizás aquí, uno maneja en vez de caminar”.



Son veinte minutos hacia el centro de Tijuana, un trayecto de alrededor de 20 kilómetros, y más de 3 horas caminando. Percibo que mismo que si yo hubiera querido irme caminando, me enfrentaría no solamente con un terreno “naturalmente” hostil -con subidas empinadas rodeadas de montículos rocosos, bajo un sol radiante- sino que no hay banqueta, ni paso peatonal; no hay "espacio" para el peatón; para aquel que camina. La movilidad -desde aquí- no es gratis, no “depende de uno”; es una movilidad a cuatro ruedas. Los que he visto caminado son, por lo general, hombres, la mayoría con una mochila, en muchos casos, solos, caminado, igual que yo, hacia horizontes infinitos paralelo a las calles llenos de vehículos que parecen ser “despreocupados” con las realidades de la urbana constitución de movilidad del territorio.


Ilustración 1. La "división" natural entre la región costera (turística) y el resto de Tijuana


El centro de Tijuana se parece a muchos centros de ciudades urbanas latinoamericanas. Me recuerda a Limón en Costa Rica, y Belén en Brasil; ciudades todas cerca del mar, y sí, el centro de Tijuana me da un “aire” de una ciudad de puerto; una ciudad atada por el agua, por el mar, por los ríos. Los edificios tienen el deterioro que recuerda el deterioro ocasionado por la humedad, el calor, y un estilo “decadente” de los puertos. Pero las similitudes entre el centro de Tijuana con el puerto se ubican en una de las características más emblemáticas de los puertos: su población en tránsito, de camino, desde aquí y desde allá; el puerto es un lugar tradicionalmente de tránsito, de desembarque y embarque, de despedidas y acogimiento, de paso, lo cual frecuentemente posiciona poblaciones foráneas y locales en el mismo espacio y horizonte. Es un lugar que une y reúne diferentes latitudes y cosmovisiones en una. La multitud de gente sorprende, a primera vista; el yo-como-peatón se espanta de tantos “similares”. La deambulación es constante, desde todas direcciones, recordándome -quizás, con alivio- el caos ordenado de la ciudad de México. El comercio ambulante ocupa un espacio de las baquetas y los comercios fijos se extiende hacia la calle, condicionando un paso reducido para el flujo peatonal que se percibe como amontonado, quizás por la reconfiguración de la baqueta en un rio “mercantil”. El inglés se escucha corrientemente, y bolas de turistas deambulan entre las calles del centro. Mismo así, las calles son, por lo general, poco transitadas. Quizás por la hora, quizás por la pandemia; quizás.



“El acto de caminar es al sistema urbano lo que la enunciación (el speech act) es a la lengua o a los enunciados realizados. Al nivel más elemental; hay en efecto una triple función "enunciativa": es un proceso de apropiación del sistema topográfico por parte del peatón (del mismo modo que el locutor se apropia y asume la lengua); es una realización espacial del lugar (del mismo modo que el acto de habla es una realización sonora de la lengua); en fin, implica relaciones entre posiciones diferenciadas, es decir "contratos" pragmáticos bajo la forma de movimientos (del mismo modo que la enunciación verbal es "alocución", "establece al otro delante" del locutor y pone en juego contratos entre locutores). El andar parece pues encontrar una primera definición como espacio de enunciación.”

- de Certeau, M. (1996). La invención de lo cotidiano: artes de hacer. (Vol. 1). Universidad iberoamericana. pp. 109-110


Ilustración 2. Avenida Revolución, Centro, Tijuana, 15 de agosto 2021

Me dirijo hacia algunas de las Casa Migrantes que he identificado. Aprovecho la oportunidad de poder caminar para alcanzarlas y conocer sus alrededores y su situada posición en esta ciudad. Busco identificar “donde se quedan los migrantes” y entender que significa esto, en relación a la ciudad, y posteriormente, buscaré entender que significa esto para ellos. Me percato que está alejado, en las periferias de acceso a servicios, y al margen de grandes accesos de movilidad. Están retiradas. Son localidades que describiré más adelante, sin embargo, el simple camino hacia ellos me llevará horas, caminando calles empinadas, sinuosas, en muchos casos en baquetas escasas o inexistes, sobre caminos de tierra, polvo, entre basura y aguas negras. Llegaré hasta allá y llegaré cansado.


Ilustración 3. Zona centro, Tijuana y Colonia Burócrata Ruiz Cortínez, Tijuana, 15 de agosto 2021

Ya en las alturas de Tijuana, en el seno de la colonia Anexo Postal, puedo deslumbrar de una vista de lo expansivo y expresivo que es esta ciudad acorralado y transfronteriza llamada Tijuana. Esto son los paisajes de las tres Casas Migrantes en las cuales buscaré interactuar más adelante. Aun necesitando una preparación mayor para poder acercarme “oficialmente” a estas Casas, así que decido solamente recorrer el terreno, conocer sus alrededores, y planificar las estrategias de movilidad que sería necesario en el momento de un acercamiento más constante y cercano. “Esto vas ser un problema”, pienso. “Me tardé 3 horas para llegar aquí, y llegué todo sudado. ¿Como lo voy hacer cuando estaré viniendo frecuentemente?”. “Como lo hacen los migrantes para moverse de aquí, más allá que estar caminando?”. Quizás aquí se aprende a caminar, o se viene caminando acostumbrado. Quizás el camino es "caminando" y quizás así la frontera se ve menos sólida y ya más porosa. Quizás así el sueño de cruzar se hace más viable y caminar se hace, entonces, aún más imprescindible. Caminar vamos. Vamos, caminando. Quizás, así, se empieza a decidirse en saltar el muro. Quizás uno migra cuando aprende a caminar. Quizás.


Ilustración 4. Colonia Anexo Postal, Tijuana, 15 de agosto 2021


“A path is always between two points, but the in-between has taken on all the consistency and enjoys both an autonomy and a direction of its own" (Deleuze and Guattari, 1988, p. 380).

- Deleuze G. & F. Guattari (1988). A thousand plateaus. Capitalism and schizophrenia. Athlone Press, London.

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