top of page
Buscar
Foto del escritorRenato Galhardi

Dia 1- Trabajo de campo en Tijuana: la vida atravesada por la migración

Actualizado: 24 sept 2021

Viernes 13 de agosto 2021

[Fragmento de diario de campo]

Después de un buen café, salgo a conocer el cuadrante del barrio de Playas de Tijuana, lo cual se encuentra en el espacio limítrofe de la extensión del territorio político de México. Sigo el muro, cubierto de pintura, arte, mensajes que cubre el óxido del muro. Una agrupación de un sinnúmero de postes oxidados permite una interacción perceptual distinta dependiendo de cuan cerca este uno. De cerca, se aprecia los postes como individuales, dando espacio para percibir “el otro lado”, un terreno “vacío” pincelado por postes de luz, algunos caminos asfaltados y vallas de contención. De lejos, esta percepción se pierde, y el arte del muro se vuelve uno, dando paso a una apreciación de las expresiones culturales que dan vida y un “rostro” a la separación territorial. Acercándome al mar, encuentro la placa que indica el límite del territorio nacional. Visitantes se están tomando fotos con la placa, y no deja de ser irónico que se celebra el “fin” de una extensión. Este letrero se agrande con el muro que llena el trasfondo. Pienso que de cierta forma es una foto con una “pared”, y quizás, con un “sueño”.



Siguiendo el camino de la muralla, alcanzo la playa y me detengo en un mirador. Me encuentro con diversos grupos tomándose fotos, contemplando el mar, el muro, la frontera y las patrullas que lo vigilan. Es un momento de reflexión. El muro se extiende hacia el mar y se hunde en una altura calculada -la construcción de un territorio hostil. Este “colectivo hibrido” pronto será “atravesado” por la frontera. Son alrededor de las 1430, y el cielo está despejado, soleado y azul. Me encuentro observando mis alrededores y planeado mis próximos pasos. Escucho que algo está pasando a mi alrededor. Miro hacia las vallas divisorias que componen el muro entre México y Estados Unidos y veo un joven escalando la segunda estructura de vallas que se encuentra en Estados Unidos.

Un hombre, vestido de negro, está pegado a un celular, y está gritando ordenes: “Bájate, Bájate”, grita el hombre. Me dio cuenta que es un “pollero”; que está gritando instrucciones al joven que está escalando, ya del lado de Estaos Unidos, mirando asustadamente hacia atrás. El joven trae una chamar azul, pantalones de mezclilla, una gorra y una mochila. Está indeciso; se mueve torpemente. Mira hacia México buscando una orientación. Sus ojos denotan miedo. Me acerco. El “pollero” sigue: “bájate y ponte allí”. Un hombre comenta, a todos y a nadie “Ya lo vio, ya lo vio”. El pollero empieza a gritar: “Corre; córrele; pa’ bajo.” Aquí estamos viendo como la frontera atraviesa las vidas. Hay niños, madres, padres, familias, conocidos y extraños, todos ahora mirando hacia el muro, viendo, testificando este “espectáculo” humano. El pollero se enoja “Pa arriba wey! Pa’ arriba! ¡Arriba! ¡Arriba!” Él grita mientras mantiene su celular pegado a su oreja. Nadie interviene. Todos miran hacia la frontera. “Agáchate”, grita el pollero. “Agáchate, pendejo!”.


El joven no ha dado más que algunos pasos en territorio estadunidense; acorvado se mueve bruscamente primeramente a la izquierda y después a la derecha. Parece que no sabe que hacer; ni a donde ir. “Por la carretera, wey!” pero el joven no se ubica; se encuentra “desubicado”. “Para abajo pendejo!” grita el pollero. “Para abajo, pa’ allá!” grita el pollero indicando con la mano; indicando hacia el mar. “Contesta el teléfono”, grita en seguida, en el mismo momento que aparece una patrulla sobre el cerro. Todos murmuran lo que todos percibimos: “ya valió”, “ya lo agarraron”. El pollero da las costas al muro y camina hacia el otro lado. Con las espaldas a joven, a su detención, a esta tragedia que se llama muro, el pollero se vas, mientras que todos siguen mirando, curiosos, como cuando uno pasa un accidente en la carretera y se ralentiza para ver: “será que alguien se lastimó? ¿Como sucedió?”, la diferencia es que, en este momento, a las 1430 de una tarde de viernes -un viernes 13, casualmente- vimos como “sucedió”. Como un globo que se desinfla, todos parecen que exhalan tristeza y resignación, y vuelven a lo suyos. Pero no es lo mismo.


La frontera se ha hecho presente, de forma visceral, y atravesado las vidas -mismo que momentáneamente- de todos presente. El sol sigue radiante, y los niños siguen jugando en la arena. Mas adelante toca una banda, y no tarda en pasar vendedores vendiendo paletas y micheladas.

“It is a vital concern of every State not only to vanquish nomadism but to control migrations and, more generally, to establish a zone of rights over an entire ‘exterior’ over all the flows traversing the ecumenon."

- Deleuze G. & F. Guattari, (1988). A thousand plateaus. Capitalism and schizophrenia. Athlone Press, London. p. 385




---


Delaney, D. (2010). The spatial, the legal and the pragmatics of world-making: Nomospheric investigations. Routledge-Cavendish.


66 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page